leche de camello
La leche de camello se distingue de otros productos similares por su capacidad de sobrevivir en condiciones climáticas normales y sin tratamiento térmico durante un período de tiempo relativamente largo sin cambios negativos en su sabor y olor. La cantidad de leche que produce una camella oscila entre 3 y 10 kg, habiéndose registrado algunos casos excepcionales como 35 kg de leche.
Con el desarrollo de la tecnología de fabricación de leche de camello, muchas fábricas están produciendo leche de camello y sus derivados como queso, yogur, leche en polvo y helados de diferentes sabores. Las empresas productoras de helado pretenden atraer a los consumidores a consumir leche de camello debido a sus numerosos beneficios para la salud, especialmente con la presencia de investigaciones mundiales que han demostrado que es útil en el tratamiento de muchas enfermedades modernas. La leche de camello se ha utilizado en otros productos como la fabricación de chocolates de lujo, teniendo en cuenta que contiene ingredientes de alto valor nutricional para el ser humano en comparación con la leche de otros animales, ya que contiene tres veces la cantidad de vitamina “C” que se encuentra en leche de vaca, por ejemplo.
En términos de beneficios terapéuticos, se ha demostrado que la leche de camello es buena para los nervios. En un estudio, se administró leche de camello a ratones con daño nervioso, y los ratones que recibieron leche de camello tuvieron significativamente menos daño nervioso y una mejor función neurológica que aquellos que no recibieron leche de camello. La razón principal de los beneficios de la leche de camello en el tratamiento de los nervios es principalmente porque contiene propiedades antiinflamatorias, que pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor asociados con el daño a los nervios.